La noche enfermaba lentamente, la niebla tosía las calles y en la penumbra el frio congelaba el norte que tantas veces había seguido…y el silencio infectado expulsó...
Tengo el alma encharcada, me he bebido todas tus palabras una a una y ahora la sensación de adiós me anuda el estómago… bebí demasiado de ti y ahora esta resaca de recuerdos me golpea, se para en mi cabeza como me separa de ti el tiempo...
Me siento inútil, indefensa ante un sentimiento que fatiga mi corazón, mi voz le hace sombra a tu sombra, mis manos no dejan de golpear la almohada que tantas veces te soñó, mi piel se arruga porque la tuya ya no le da oxigeno, me provocas deshidratación, el móvil no suena y mis lagrimas hacen demasiado ruido para escuchar la esperanza.
Los ojos que antes me llenaban ahora se cubren de moho, y que no me diga nadie que el tiempo lo lava todo porque yo solo quiero la limpieza de tus ojos… mi habitación no duerme mientras, yo amanezco con el deseo de que el sol pellizque esta realidad y la luna me dé las buenas noches como siempre lo hacia… y es lo que el silencio le cuenta al reloj mientras se hacía el dormido...
5 comentarios:
Magnifica manera de expresar lo que llevas dentro y tan callado. Me ha gustado leerte y prometo volver.
besotes de esta peke.
pd. te espero por mi rincon con tu taza de cafe, siempre que quieras...
tienes puntería, sigue en ello.
muy bien descrito esa sensación de espera desesperada tienes madera..
Dura historia pero la expresión es melodiosa.
Un saludo.
upa! deyabú...
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