Un día más volvía a ese lugar tan familiar, mientras entraba por la puerta me recibiste con una sonrisa. Tengo el olor de esa casa clavado en mi piel. Mi habitación era la de invitados, a pesar de que ahí sólo hubiera máquinas de gimnasio, y un colchón en el suelo. Entre en la habitación pensando porque tenia que quedarme allí, porque mi padre no podía llevarme con él, porque simplemente, no me quedaba en mi casa. Pero ya sabia la respuesta, años después supe la respuesta.
Oí una voz muy lejana, pero en cambio estabas detrás mía.
- Vamos a cenar, que ya está la mesa preparada. Si te comes todo luego vemos una peli.
Me dijiste mientras clavabas tu mirada en mi, y dejabas entrever esos dientes afilados.
Llevabas puesto un pantalón de chandall gris, una camiseta de tirantes blanca que no se diferenciaba mucho de tu piel, y unas zapatillas de andar por casa, te habías rapado el pelo, parecías un chico malo, eras un chico malo.
Por supuesto, no llevabas calzoncillos, nunca los llevabas.
Y yo obedecí, cenamos en familia en esa cocina minúscula, llena de electrodomésticos que lo veían todo, en los que se reflejaba todo lo que ocurría allí. Una cocina limpia, de esas pequeñas que son rectas y luego hacen curva, una cocina donde te gustaba desnudarte y obligarme a mirar. Y siempre tus dientes afilados dejándose entrever.
Pusiste una de esas películas de acción que te gustan tanto, pusiste x-men.
Ella hizo palomitas para todos, mientras tu cogías tu sitio del sofá en forma de “L”, te tumbaste mientras yo me tumbe al revés de ti, ella se sentó en ese pequeño espacio que dejábamos de la “L”.
Estuvieses como estuvieses mantenías un pequeño contacto conmigo, utilizabas tu pie para llamarme en silencio, utilizabas tu pie para tocarme mientras ella estaba a un metro nuestro, sólo me hubiese echo falta gritar, pero sabías que no lo haría.
Sabías que no le gustaban esas películas, sabías que las veía por ti, y ella aguantaba viéndolas para acompañarte, sólo porque tú querías.
Hasta que decidió irse a acostar...
y yo desee en silencio con todas mis fuerzas que cambiase de opinión...
y yo desee con todas mis fuerzas que dijese que era muy tarde para que anduviese despierta y tenía que irme a dormir... no lo hizo.
Y allí estábamos tú y yo en ese salón, mientras tú me tocabas y me obligabas a tocarte, yo clavaba mis ojos en la pantalla queriendo no formar parte de nada, queriendo no estar allí, pensando en nada...
Mientras te tumbabas encima mía y yo cantaba en mi interior una canción de “Amistades Peligrosas”...
Mientras me preguntabas si me gustaba, y yo no sabia que responder...
Mientras hacías bromas sobre tu miembro y yo me reía sin querer reír, sólo por miedo.
Hasta que te cansabas, y volvías del baño con una mirada tan fría que a veces llegaba a hacerme sentir que había echo algo mal, siempre esa mirada, siempre esos dientes afilados.
Volví a personarme mentalmente en el momento en que entré en la habitación y pude tumbarme, sola, aturdida, confusa... hasta que caí dormida por mi cansancio mental de querer evadirme y sacarme de mi cuerpo mientras estuviese en ese lugar, en esa casa.
Hasta que algo me despertó, y noté una respiración en mi nuca, un cuerpo pesado tumbado boca abajo mientras yo le daba la espalda, y algo que se erizaba entre la tela de la ropa.
Y sólo pude decir
- Ah, eres tú.
10 comentarios:
Si he entendido bien lo que relatas en tu entrada... lo siento y mucho... En verdad me dan muchísima rabia... ese tipo de cosas... Uf, rabia no es nada... es mucho más... es... aggg...
Espero que hablemos... Cuídate mucho y gracias por ese e-mail :) Un abrazo fuerte!
No hay nada que no sepas,y hay todo que no haya demostrado...entre ellas rabia,como dice Adag.
No sé querer demostrártelo,no eso que ya lo tienes.Bien te dije hace un rato que cuidases de ella,muy bien dijiste,quién me cuida a mi...
Protección,cuidado.
Estamos,estaremos.
Por favor,no te hagas la fuerte.Ya me lo hicieron hace años,ahora lo sienten.Déjame,déjanos entrar o,por lo menos,no salir.
-Espera.
-Siempre.
Lo que me preocupa...
...I.
Amiga, es tremendo esto que comentas y a veces quisiera dejar solamente un respetuoso silencio.
Me invade la impotencia y la frustración, estas cosas han pasado siempre, pasado, presente y futuro saben de ello y esa es la rabia, realmente. Que no desaparezca.
"Mi infancia fue un período de espera, a que pudiera llegar el momento de poder enviar al infierno a todos y todo cuanto estaba relacionado con ella"
Igor Stravinsky
Mi abrazo y la calidez de mi corazón para sanar un poquito tus heridas amiga.
Mis cariños
Sí. Debe de ser terrible. He podido sentir esas caricias y ese miedo. Tremedo relato, que se intuye de verdad y me duele que así sea...
Lo siento.
Qué bueno volver a leerte!!! Un saludo
Rabia... es lo que me da cuando ese sucede u.u
Animo!
siempre me dices que no sabes transmitir lo que sientes...que somatizas todo lo que te pasa.
Sabía que te equivocabas, pero sé también lo testaruda que eres a veces y que no crees lo que pienso de ti,de lo valiente que eres, y de lo mucho que te admiro por ello :)
No te rindas, porque ya sabes donde estoy, tan solo necesitamos unas pipas y unas cocacolas para ser un poquito más felices...
¿Y tú quien eres?
Niña, espero que todo vaya bien. Te dejo un GRAN abrazo.
M.m.
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