sábado, agosto 07, 2010


He vuelto a entornar los ojos para no ver tus lágrimas deslizándose sin piedad por tus mejillas. Sé que no es posible, pero las oigo caer y aplastarse contra el suelo con un ruido que suena como un mudo reproche en mi cabeza…

Me hubiese gustado ser una gran persona, de esas que tienen un don, esa clase de personas capaces de arrancar lágrimas a las mujeres de hielo con mi poesía, o de incendiar las almas de piedra con mis palabras revolucionarias.

En algún momento todos hemos querido romper los muros que nos impiden ver el camino; elevar nuestra voz por encima de puta la falsedad. Empezamos queriendo cambiar el mundo, y terminamos luchando porque no sea el mundo el que nos cambie. Poniendo nuestros ideales a los pies de los caballos atados de pies y manos. Renunciando a nuestros sueños a cambio de la falsa seguridad de fichar a las nueve de la mañana, y encontrar dinero a fin de mes.

Todos, y cuando digo todos quiero decir eso, todos, en algún momento hemos encontrado un cruce de caminos; a un lado el camino ancho, asfaltado, con carteles cada pocos metros deseándote feliz viaje; el camino fácil, el transitado, cosificado y conocido. Al otro, ni tan siquiera un camino; una vereda sin asfaltar, estrecha, sin guías ni señales. Tú decides, son nuestros actos, nuestras palabras y mentiras las que nos van definiendo con fría precisión. Somos un constante proyecto inacabado. Un puto signo de interrogación esperando en el arcén, un autobús llamado futuro.

Todos en algún momento hemos podido ser héroes, profetas, músicos, cobardes, artistas del alambre o cualquier otra cosa. Llevamos la madera para serlo en nuestros corazones. La mayoría hemos preferido ser eso, funcionarios, trabajadores anónimos: Tomás el carnicero; Luis, el del videoclub… Y no Lord Byron, Alejandro Magno, Gandhi, Capa o, incluso Hitler…

Por eso mismo, porque estamos renunciando el sueño….

Estamos renunciando al sueño

3 comentarios:

Ico dijo...

El poder de lo que se desea..quizás exige demasiado esfuerzo o quizás se tenga miedo a la meta.. a veces hay que tener miedo a lo que se desea porque se cumple..

LA DESGRACIÁ dijo...

¿Por qué no renuevas? Se te ha secado el tintero, la sangre o sólo estás de vacaciones????

besos

Agne dijo...

Me ha encantado...

Realmente sí, todos alguna vez hemos querido gritar muy algo, nos hemos conformado y nos hemos encontrado en el punto central de un cruce de caminos que no era nada orientador.

Pero...el tiempo pasa...y al final la turbidez se va.

Besitos & Sonrisas