En otoño las hojas hablan, cambian, mudan, se terminan sintiendo libres, el viento las hace poderosas, los arboles las mantienen bajo su abrigo, y las dejan partir cuando creen que ha llegado su momento.
Tu eres un alma libre, un pájaro al que no se le puede encerrar, siempre hay que dejarte la puerta abierta para que puedas sentir que tienes tu hogar, pero no tu condena.
Eres como el otoño porque vienes cuando se te espera, porque abrigas cuando hace viento, porque traes el viento y con ello un nuevo aire, un giro inesperado, pero al final... siempre me espera tu abrazo.
Porque dejas que todo lleve su cauce, sin prisa, porque cuando tus hojas caen sabes que lo que duele pronto te hará más fuerte, pronto te hará conocer, asumir, sonreír, y volverte a levantar, con el viento te lo llevarás, limpiarás todo ese suelo y saldrás a la lluvia a liberarte, a saltar en los charcos como hacen los niños pequeños, a disfrutas de las pequeñas cosas y sentirte un poco mas libre, un poco más feliz.
Como el otoño porque hay demasiado espacio en ti que recorrer, demasiados detalles, demasiados abismos, caminos, paisajes en tu mirada, recodos en tu piel, sonrisas que se te escapan sin querer, demasiado que no me canso de buscar... porque para mí, nunca es demasiado.
Me encanta ver que sea así, que crezcas y sigas siendo niña, que arriesgues sabiendo que puedes perder, porque eso mismo te hace ganadora. Tu esencia no se pierde, eres mis ganas, mis ojos, mi dulzura... Hay cosas que sin ti, no sabría de mi, hay cosas que sin ti no saldrían a la luz, no habría luz, porque nunca pude imaginar que me pudieras dar tanta luz.
Eres mi estación favorita, en la que ni dejas que tirite mi alma, ni la abrasas; dejas que busque por mi misma, que me valga por mi misma, recorres todo ese camino que tanto a ti y a mi nos une... Me buscas hasta encontrarme, y yo no quiero dejarme escapar.
No siempre es frío un otoño si tienes quien te abrace por la noche, no siempre es frío y más cuando sabes que te proteje hasta en tus sueños, porque cuando sabes que te protejera como quien proteje su libertad, puedes sentirte en calma.
Porque cuando sabes que tus vivencias se llenan de viento, de lugares, de mundo por recorrer junto a ti, de un tren que no te quieres bajar... el otoño termina siendo tu estación ideal.
Porque tú eres mi otoño, y ninguna luna podría reemplazarte.